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Abstract

During a laboratory study of pallid bat (Antrozous pallidus) hunting behavior, we observed an interaction wherein an adult female appeared to aid a juvenile male in learning a novel foraging task. This single observation adheres to the 3 requirements of teaching outlined by Caro and Hauser (1992). A female bat experienced with a hunting task modified her behavior in the presence of a naïve observing male, resulting in a cost of reduced food availability to the female when she was hungry, while directing the male to food resources and accelerating his learning of a foraging task. The experienced female bat altered her behavior in the presence of a naïve male by nonaggressively approaching the perched male several times before flying to a bowl of live mealworms. Within minutes, her behavior led to the initiation of the foraging task by the naïve male. In sharp contrast, 5 other bats took 4–12 nights to learn this foraging task. Audio recordings of contact calls made during the interaction show possible information transfer via acoustic signals. We hope this lone observation will stimulate research on teaching in bats.


Durante un estudio de laboratorio sobre el comportamiento de caza del murciélago pálido (Antrozous pallidus), observamos una interacción de una hembra adulta que parecía enseñar una nueva técnica de búsqueda de alimento a un macho joven. Esta sencilla observación cumple con los tres requisitos de aprendizaje descritos por Caro y Hauser (1992). Un murciélago hembra, con experiencia en la caza, modificó su comportamiento en presencia de un murciélago macho inexperto que la observaba, lo que resulta en una menor disponibilidad de alimento para la hambrienta hembra, mientras orienta al macho hacia el recurso y acelera su aprendizaje de búsqueda de alimento. El experimentado murciélago hembra alteró su comportamiento en presencia del macho acercándose varias veces, de manera no agresiva, al macho que estaba colgando y en reposo antes de volar hacia un recipiente con gusanos vivos. En cuestión de minutos, este comportamiento incitó al macho inexperto a su iniciación en la tarea de búsqueda de alimento, en contraste con otros cinco murciélagos que necesitaron entre 4 y 12 noches para aprender esta tarea. Las grabaciones sonoras de los llamados de contacto registrados durante la interacción han mostrado que es posible transferir información a través de señales acústicas. Esperamos que esta observación derive en más investigaciones sobre el aprendizaje de los murciélagos.

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