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Abstract

In a pilot study, I observed a relationship between domestic livestock grazing and location of American pika (Ochotona princeps) haypiles in the eastern Sierra Nevada and several Great Basin mountain ranges. Where vegetation communities adjacent to talus bases (forefields) were grazed, mean distance from the talus borders to the closest fresh haypiles was 30.1 m (SD = 18.9 m, n = 27), and haypiles were found only high in the talus. In ungrazed forefields, mean distance was 1.8 m (SD = 0.9 m, n = 57), and haypiles were found along the low-elevation talus–vegetation border. Where grazing was active, haypiles consistently contained vegetation gathered from plants growing within the talus. Talus vegetation appeared to be of lower diversity and the plant species of lower nutritional value than forefield plants. This difference, if real, would compromise quality of forage for summer browsing and winter haypile storage. This condition, combined with potentially less favorable summer and winter thermal conditions of upper talus locations relative to lower talus borders, suggests that grazing might be a factor compromising population conditions and status of pikas. Recent studies have reported higher extirpation rates of pika populations in Great Basin ranges (primarily in Nevada) than in adjacent regions. Because domestic livestock grazing is widely permitted on public lands throughout pika habitat in the Great Basin but not permitted (or much more restricted) in pika habitat of the Sierra Nevada, California, grazing effects might be contributing to observed regional differences in viability of pikas.


En un estudio preliminar, observé la relación entre el pastoreo por ganado doméstico y la ubicación de las reservas de comida de la pica americana (Ochotona princeps) en el este de la Sierra Nevada y de varias cordilleras de la Gran Cuenca. En las zonas de vegetación adyacentes a bases del talud (antepaís) que han sido pastoreadas, la distancia promedio de los límites del talud a las reservas de alimento fresco más cercanas fue de 30.1 m (DE = 18.9 m, n = 27); a su vez, sólo se encontraron tales reservas en las partes altas del talud. En el antepaís que no ha sido pastoreado, la distancia promedio fue de 1.8 m (DE = 0.9 m, n = 57), y se encontraron reservas de alimento a lo largo del límite entre la parte baja del talud y la vegetación. En lugares donde el pastoreo ha sido activo, las reservas de alimento estaban compuestas consistentemente de vegetación recolectada de las plantas que crecían dentro del talud. Esta vegetación del talud pareció ser de menor diversidad y las especies de plantas de menor valor nutricional en comparación con la plantas del antepaís. Si esta diferencia es real, comprometería la calidad del forraje para el ramoneo del verano y el almacenamiento de alimento para el invierno. Esta condición, combinada con las condiciones térmicas potencialmente menos favorables del verano e invierno en las zonas altas del talud en comparación con los extremos inferiores del talud, sugieren que el pastoreo podría ser un factor que esté comprometiendo las condiciones de la población y el estatus de las picas. Hay estudios recientes que han observado una extirpación mayor de las poblaciones de picas en las cordilleras de la Gran Cuenca (principalmente en Nevada) en comparación con regiones adyacentes. Debido a que el pastoreo por ganado doméstico se permite en muchos terrenos públicos a lo largo del hábitat de la pica en la Gran Cuenca, pero no se permite (o está mucho más restringido) en el hábitat de la pica en la Sierra Nevada, California, los efectos del pastoreo podrían estar contribuyendo a las diferencias regionales observadas en la viabilidad de las picas.

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