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Abstract

In early May 2007, northern Utah mountains experienced a period of prolonged warmer-than-normal temperatures, followed by a frost that killed or damaged much of the first-flush quaking aspen (Populus tremuloides) foliage. We assessed the effects of this transitory disturbance on the aspen bird species assemblage by comparing breeding bird survey data collected in the Bear River Mountain Range, Utah, USA, in 2005 and 2006 (predisturbance) to data from 2007 (postdisturbance). Whereas bird total abundance, species richness, and species diversity did not differ significantly among years, there were significant year-by–frost damage severity interactions, with plots with low levels of frost damage having significantly higher total abundance, richness, and diversity. Based on these results, we concluded that (1) at the landscape scale, the postdisturbance avian species assemblage was essentially identical to the predisturbance assemblage both in terms of number of individuals and species, and (2) there was a pronounced shift in the spatial distribution of birds at the stand scale, with most individuals favoring stands with low levels of frost damage over those with intermediate and high levels of frost damage. Thus, aspen stands with little or no frost damage served as refugia for birds displaced from highly impacted sites, thereby buffering any adverse effects on the avian community as a whole, at least in the short term. However, with severe climatic events predicted to become more frequent, cumulative effects of successive frost-induced defoliations on long-term avian productivity and survival may be more severe.


A comienzos de mayo de 2007, las montañas del norte de Utah experimentaron un período prolongado de temperaturas más cálidas que lo normal, seguido de una helada que mató o dañó a gran parte del follaje del álamo Populus tremuloides. Evaluamos los efectos de esta perturbación transitoria en el ensamble de las especies de aves del álamo al comparar los datos del monitoreo de aves en etapa de reproducción, recopilados en la cadena montañosa Bear River en Utah, Estados Unidos, durante 2005 y 2006 (previo a la perturbación) con los datos de 2007 (después de la perturbación). Mientras que la abundancia total de aves, la riqueza y diversidad de las especies no difirieron significativamente entre años, hubo interacciones significativas entre los años y la severidad de los daños producidos por la helada: las parcelas con niveles bajos de daños producidos por la helada tuvieron una abundancia total, riqueza y diversidad significativamente mayores. Con base en estos resultados, concluimos que: (1) a escala del paisaje, el ensamble de aves después de la perturbación fue esencialmente idéntico al ensamble previo a la perturbación, en términos de la cantidad de individuos y especies; (2) hubo un cambio pronunciado en la distribución espacial de las aves a escala del microhábitat: la mayoría de los individuos prefirieron sitios con niveles bajos de daños producidos por la helada, con respecto a sitios con niveles intermedios y elevados de daños. Por lo tanto, los álamos, con poco o sin ningún daño producido por la helada, sirvieron de refugio para las aves desplazadas de los sitios muy impactados. De este modo, redujeron cualquier efecto adverso en la comunidad aviar en su conjunto, al menos en el corto plazo. Sin embargo, con los severos eventos climáticos que se predice que serán más frecuentes, los efectos acumulativos de las defoliaciones provocadas por heladas sucesivas sobre la productividad de las aves a largo plazo y sobre su supervivencia podrían ser más severos.

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