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Abstract

Black-footed ferrets (Mustela nigripes) are among the most endangered animals in North America. Reintroductions of captive-born ferrets onto prairie dog (Cynomys spp.) colonies are crucial to the conservation of the species. In September 2007, captive-born ferrets were released on a black-tailed prairie dog (Cynomys ludovicianus) colony at the Vermejo Park Ranch, New Mexico. Ferret kits experimentally released in areas of comparatively low and high prairie dog burrow densities were located via spotlight surveys. Some maturing ferret kits were subsequently translocated to areas of low and high burrow densities on nearby prairie dog colonies. For 2 months, fine-scale habitat use was quantified by mapping all burrow openings within a 30-m radius of each ferret location. Spatial statistics accounted for autocorrelation in the burrow densities in areas used by ferrets. It was hypothesized that ferrets would select areas of high burrow densities within colonies; however, burrow densities in areas used by ferrets were generally similar to the available burrow densities. Because ferrets used areas with burrow densities similar to densities available at the colony level and because of the potential energetic benefits for ferrets using areas with high burrow densities, releasing ferrets on colonies with high burrow densities might increase reintroduction success.


Los hurones de patas negras (Mustela nigripes) se encuentran entre los animales en mayor peligro en Norteamérica. Las reintroducciones de hurones criados en cautiverio a las colonias de perros llaneros (Cynomys spp.) son cruciales para la conservación de la especie. En septiembre de 2007, se liberaron hurones criados en cautiverio en una colonia de perros llaneros de cola negra (Cynomys ludovicianus) en Vermejo Park Ranch, Nuevo México. Mediante monitoreos con reflectores, se identificaron crías de hurón que se habían liberado experimentalmente en áreas con densidades comparativamente bajas y altas de madrigueras de perros llaneros. Posteriormente, se trasladó a algunos hurones que se aproximaban a la madurez sexual a áreas con densidades altas y bajas de madrigueras en colonias cercanas de perros llaneros. Durante 2 meses, se cuantificó el uso del hábitat con una escala detallada al identificar en un mapa todas las entradas de las madrigueras que había en un radio de 30 metros alrededor de donde estaba cada hurón. Al generar estadísticas espaciales pudimos explicar la autocorrelación en las densidades de madrigueras en uso. Nuestra hipótesis era que los hurones seleccionarían áreas con densidades elevadas de madrigueras dentro de las colonias; sin embargo, las densidades de las madrigueras en las áreas ocupadas por los hurones fueron generalmente similares a las densidades de las madrigueras disponibles. Debido a que las densidades de madrigueras usadas por los hurones son similares a las densidades disponibles al nivel de la colonia, y debido a los beneficios energéticos potenciales que las áreas de densidades altas de madrigueras tienen para los hurones, el liberar a los hurones en las colonias con densidades altas de madrigueras podría aumentar el éxito de su reintroducción.

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